Me despierto y le hablo al gato, le digo: hija, por favorrrrrrrrr, no seas tan trola querés, no te regales así. Controlate. El gato me mira. Me mira y se echa a dormir ignorando mis consejos de madre. De madre y Argentina. Me levanto para hacer pan de semillas, rico pan. Amaso. Meto harina, meto agua, meto poquito aceite, meto sal, meto levadura, meto amasado. Listo el pan. Leva. Le doy forma de 2 panes redondos, levan de nuevo y van al horno.
Mi madre come morrrrrcilla. Le digo: sos una cerda. Me dice, qué tiene, si es sano, más sano que el chorizo. Cuando tenía anemia me daban de comer morcilla. Claro, le digo, pero ahora tenes 20 kilos más, caradura. A mí me gusta, me dice, y deglute como chancho, morcilla con pan. Asco. Yo, mientras, como milanesas de soja. Tristes y verdes milanesas de soja. Tristeza.
Mi madre, además de la morcilla, compró carne. Le COCINA AL GATO una especie de hamburguesa. Al final el gato lo rechaza, [porque prefiere la carne cruda, es tan callejera mi hija], y se lo termina comiendo ella. Le digo, parece que tenes hambre. Sí, me dice y morfa, morfa como muertadehambre. Termina de comer, y me dice:, pero si era una hamburguesita. Sí, le digo, del diámetro de un plato de 26cm, caradura.
El gato vuelve a mendigar. Nos pide. Nos llora. El gato come de todo, desde papa hervida hasta arroz blanco, todo mendiga, todo. La ignoramos.
Miro la tele y grito: acá, Unquillo es acá. Acá mismo. Me paro y bailo como Barney y grito acá, acá, acá, acá. Mi madre me dice: no grites, y se tapa los oídos. Yo grito más fuerte, apropósito. Me da bronca que coma morcilla. MI MADRE NO PUEDE COMER MORCILLA. Entonces, grito. Me vengo, digamos, por que come morcilla sin mi autorización.
Me paro y busco las frutillas que están en la heladera. Las lavo. Las como. Les hablo a las frutillas, les pregunto ¿por qué? ¿por qué no son mandarinas? Amo las mandarinas, y las extraño desde que las arrancaron de mi vida. Injusticia.
Mi madre me saca una frutilla, le digo, pero vos sos una termita, hija. No, me dice. Y se va. Mientras come frutillas dice, Uy, llega el Huracán Irene a EEUU. Pero tu hijo está en Seattle, no está cerca del mar (WTF), le digo. Y la tranquilizo. Ah, me dice.
Termino de comer las frutillas que NO SON MANDARINAS, y corro en busca del gato. El gato tiene su moño sexie y atrevido, lo luce. En eso veo que entra al baño, estimo que a tomar agua, pero al ratito escucho que vomita. Le digo a mi madre, EL GATO ESTA VOMITANDO.
Sale del baño medio borracho tambaleando. Se mete en el cuarto, se echa en el piso y empieza a llorar a los gritos. El gato llora, le digo a mi madre. Llora como parturienta. Me dice, le duele algo. Corro como en una película de acción (¿) y le digo, hija, por Dios, no llores, y le desato el moño. Es el moño ese de mierda, me dice mi madre. Te dije, te dije que la iba a ahorcar. Sacale ese moño de mierda. La vieja grita, está enojada y grita. La gata también grita, yo también grito. Gritamos todos. Esta casa es un loquero. Le saco el moño y el gato se va. Se ve que la estaba ahorcando. Ay, hija, por favor. Grito. Melodrama total. Sobre actúo el momento gato-acogotado. Bailo como Barney. Mi madre me mira y me dice, qué pelotuda, estás cada día más loca. Es porque como mucha verdura(?). Me dice, ves, tendrías que comer morcilla.
Mi madre come morrrrrcilla. Le digo: sos una cerda. Me dice, qué tiene, si es sano, más sano que el chorizo. Cuando tenía anemia me daban de comer morcilla. Claro, le digo, pero ahora tenes 20 kilos más, caradura. A mí me gusta, me dice, y deglute como chancho, morcilla con pan. Asco. Yo, mientras, como milanesas de soja. Tristes y verdes milanesas de soja. Tristeza.
Mi madre, además de la morcilla, compró carne. Le COCINA AL GATO una especie de hamburguesa. Al final el gato lo rechaza, [porque prefiere la carne cruda, es tan callejera mi hija], y se lo termina comiendo ella. Le digo, parece que tenes hambre. Sí, me dice y morfa, morfa como muertadehambre. Termina de comer, y me dice:, pero si era una hamburguesita. Sí, le digo, del diámetro de un plato de 26cm, caradura.
El gato vuelve a mendigar. Nos pide. Nos llora. El gato come de todo, desde papa hervida hasta arroz blanco, todo mendiga, todo. La ignoramos.
Miro la tele y grito: acá, Unquillo es acá. Acá mismo. Me paro y bailo como Barney y grito acá, acá, acá, acá. Mi madre me dice: no grites, y se tapa los oídos. Yo grito más fuerte, apropósito. Me da bronca que coma morcilla. MI MADRE NO PUEDE COMER MORCILLA. Entonces, grito. Me vengo, digamos, por que come morcilla sin mi autorización.
Me paro y busco las frutillas que están en la heladera. Las lavo. Las como. Les hablo a las frutillas, les pregunto ¿por qué? ¿por qué no son mandarinas? Amo las mandarinas, y las extraño desde que las arrancaron de mi vida. Injusticia.
Mi madre me saca una frutilla, le digo, pero vos sos una termita, hija. No, me dice. Y se va. Mientras come frutillas dice, Uy, llega el Huracán Irene a EEUU. Pero tu hijo está en Seattle, no está cerca del mar (WTF), le digo. Y la tranquilizo. Ah, me dice.
Termino de comer las frutillas que NO SON MANDARINAS, y corro en busca del gato. El gato tiene su moño sexie y atrevido, lo luce. En eso veo que entra al baño, estimo que a tomar agua, pero al ratito escucho que vomita. Le digo a mi madre, EL GATO ESTA VOMITANDO.
Sale del baño medio borracho tambaleando. Se mete en el cuarto, se echa en el piso y empieza a llorar a los gritos. El gato llora, le digo a mi madre. Llora como parturienta. Me dice, le duele algo. Corro como en una película de acción (¿) y le digo, hija, por Dios, no llores, y le desato el moño. Es el moño ese de mierda, me dice mi madre. Te dije, te dije que la iba a ahorcar. Sacale ese moño de mierda. La vieja grita, está enojada y grita. La gata también grita, yo también grito. Gritamos todos. Esta casa es un loquero. Le saco el moño y el gato se va. Se ve que la estaba ahorcando. Ay, hija, por favor. Grito. Melodrama total. Sobre actúo el momento gato-acogotado. Bailo como Barney. Mi madre me mira y me dice, qué pelotuda, estás cada día más loca. Es porque como mucha verdura(?). Me dice, ves, tendrías que comer morcilla.
12 Arengaron conmigo on "Mi madre come morcilla"
PRI!!!!!!!!!!!
Aaaaaaaaaaaaajajajjajaaaaa, la moraleja!!!
TENES QUE COMER MORCILLA!!!
Besotes a las tres!
te das cuenta, al final la morcilla me salvará la vida!!!! JAJAJAJAJAJ
La morcilla que no se mancha!!! y la morcilla que no sea vasca.
Porque al igual que las empanadas las pasas de uva son un asco en la morcilla.
Y ud no esta loca, solo se contagio de su madre.
beso beso.
Veredicto: LOCAS. Locas ocmo un plumero las tres, vos, tu madre y el gato acogotado.
La morcilla cruda es un asco, calentita de la parrilla es oooooooootra cosa (?)
la hizo a la plancha o a la sartén, no se. UN ascooooooooo. Esta tenia cebollita de verdeo (?) me dijo. ddddddddddd
Aguante el chorizo, aguante!
jjajajajaja más respeto con tu señora madre, que puede comer LO QUE QUIERA, yo la autorizo [?] porque es muy grossa, date cuenta
[memoria emotiva mode Off]
y qué me decis de la gatita cecil, qué me decis de la gatita!???!?!?!?
Hoy abogo por la causa "No a los accesorios inútiles en animales domésticos", no podés ponerle moño al gato, no podés...
ETIENNE!!!!!!!!! cómo que no puedooooooo, le queda beioooo, harmoso. Ella es sexie naturalmente, pero con moño es mas linda :D
Pensé que el desenlace iba a ser:
el gato vomitó porque mi madre le dio morcilla a escondidas...
(sos grosa, como una morcilla...)
ajajajaajj gracias jor, me gusta sorprender (?)
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