miércoles, 7 de septiembre de 2011

Gracias Tammy

50 Arengaron conmigo
Necesito escribir esto ahora, porque si no lo hago siento que me muero.

El 11 de noviembre de 1993 yo llegaba del colegio y ella estaba ahí, parada en la puerta de mi casa. En un n
egocio que había al lado, una gata había tenido un montón de gatitos. Ella era tammy, aunque aun no lo sabía. Me acerqué esperando que se fuera porque generalmente los gatos, y mas cuando son chiquitos, si se les acerca alguien se van. Sin embargo, ella se quedó, se dejó acariciar y alzar, y entramos las dos a mi casa. Busque una caja de zapatos, un vasito de leche, y le di de tomar. Mi mamá, que había escuchado sus maullidos, ya estaba puteando porque ‘no quería animales’. Ese mismo día, mi hermana Natalia llegaba de viaje, y al verme a mí tan triste porque mi mamá no me dejaba quedármela, la convenció de que sí. Desde ese día hasta hoy, nunca nos separamos.
Jure y recontra jure que la iba a cuidar yo, que yo le iba a cambiar las piedritas, y que la iba a educar.
Hoy, 18 años después, puedo decir que no solo la cuidé, si no que la amé profundamente, con un amor que no conocía y que quienes no tienen animales
, probablemente, no entiendan o lleguen a sentir nunca. Es un amor sincero, es un amor desinteresado. Es un amor porque sí. Es un amor que sólo puede nacer del alma, de mi más sentido ‘ser animal’. Yo la cuidé, pero ese día con 15 años, yo no sabía que tammy iba a regalarme su vida. No sabía que ella, muchos años después, iba a ser quien me sanara el alma. Quién me sostuviera y me recordara quién soy en los peores momentos. Tammy me dio todo. Tammy acompaño en silencio, lamio mi mano, acarició mi corazón con tantos momentos lindos, llenos de ternura, llenos de un amor casi devoto. Tammy llenó estos 18 años de sonrisas, arañones y Los más dulces miau. Hoy, 18 años después, siento que un pedazo de mí se va. Un pedazo fundamental de mi historia, se va con ella. Y me siento como esa nena de 15 años, que necesitaba un gatito. Pero esta vez, estoy triste, estoy enojada, estoy sin tammy. No hay quién convenza a mi mamá para que tammy se quede. Porque tampoco esta Natalia, porque tampoco está Julia. Y tammy es un poco, la confirmación absoluta de algunas pérdidas que me duelen tanto que no termino de aceptar. Ya no tengo 15, ya no tengo Natalia, ya no tengo Julia. Ya no tengo Tammy.




Gracias, gatita, por regalarme tu vida. Gracias por elegirme y por dejarme cuidate. Gracias por sostenerme y por recordarme quién soy. Gracias, sobre todo, por el amor que me diste y tu compañía constante. Gracias por sanarme el alma. Te amo.
 

Que parezca un accidente son todos putos incluso en blogger pero putos de verdad El gato todopoderoso la vida misma esta llena de herejes