correr como enajenado

Busco en gugul la receta para hacer jotqueiks. Encuentro una pero como está en ingles y no tengo ganas de pensar, busco otra. Todas las que encuentro tienen algo: o están por la mitad, o les faltan las cantidades, camon pipol que hace jotqueiks y pone la receta en internet, camon, pongan la receta entera, malditos. Desisto de encontrar la receta, y también desisto de comer jotqueiks. Hay Melvas, que galletitas horribles las Melvas, pol el amol de Maikol, son de cartón. Me digo: mejor, así comes poco, pero Oíme, tengo antojo de comer algo dulce y lo único dulce que hay son estas galletitas, es inhumano.

Miro la tele, resulta que gracias a Moria, volvió Nazarena. Mirando el cielo digo, Gracias Moria, gracias. Mi madre me mira y me dice: esa ‘vieja’ está loca. [Mi madre suele odiar a quienes yo venero (¿), es decir, si yo digo, qué bueno Pepe Pompin, ella dirá, QUE CAGADA PEPE POMPIN. SI yo digo, qué copada Moria, ella dirá, qué copada NAZARENA. Esta es una ecuación básica en la relación que tengo con ella].

Me aburro de la tele, y decido hacer manualidades, me hago la Maria José Roldán y me pongo a hacer patchguork, un bardo, no lo intenten porque es un quilombo, me enervo, me saca no poder coser con la maquina 4 pelotudeces. Me pone mal. Dejo de hacer patchguork. Agarro el fieltro, me pongo a hacer prendedores, se me caen todos los hilos, uno.x.uno, al piso, puteo mal. Los hilos no se levantan por mi poder de abducción, así que dejo también de hacer prendedores, ¿qué onda, me pusieron el chip en la cabeza de verdad?. Hago mucho tsz tsz tsz, mi madre me dice, qué te pasa, le digo y qué me va a pasar, se me cae todo. Me dice, eh pero para, eh, eh, me dice mucho eh, mientras yo la miro sin decirle nada. ¿Le digo, eh qué, eh qué?, muy cocora. No me grites, pero si no te grito le digo. En eso aparece el gato, me mira, la mira, nos mira, lo miramos, y empieza a correr como enajenado. Le digo, y esta gata del orto qué tiene, ¿está loca?, me dice, sí. Nos reímos a lot, de la pantomima gatuna.
Me dice, nena, nena, sacame tus cosas de la mesa que voy a xxxxxxxxxxx ehhhhhh, le digo, no, estoy COSIENDO, no ves que estoy haciendo patchguork, [de pronto me amigo con el patchwork, ¿qué soy, panqueca?, sí]. Me dice, pero esa porquería no sirve ni para el gato. Ahhhhhhhhh, herejía, ¿cómo te atreves a decirme semejante barbaridad?, le digo. Me dice, y si es una porquería, ah, no. Ahí mismo me paro y le canto las 40, pienso. Pero me fatigo de sólo pensarlo. Le digo, pero para el gato sirve, ¿o no?, me dice sí, pero es muy feo.
Posta es muy feo, me salió deforme, pienso, pero no le digo nada y le discuto que mi obra de arte es para un mural. Ajajaj, se ríe, se me ríe en mi cara. Pero qué onda, le digo, porque decís que es fea, porque esta deforme, me dice, así muy camión. Pero ¿deforme por qué?, ¿por qué le falta medio recuadro del costado?, no, es así, es así, le digo. Mentira, esta deforme. La vieja se para y con toda su bruteza me lo saca, y me dice, esto tiene que ir así, y así, y así. Me termina de romper mi obra de arte maltrecha. Maldita vieja, pienso. Le digo, sabés qué, vos no sabes apreciar el arte. Dale, asumite. No, me dice, asumite vos que sos una inútil. Me cagó, pienso.