Croqui Croqui, Croqui Croqui...

Me despierto pensandooooooooo.... que hoy teeeeeeee voy a vee-er… AJJJAJAA. Mentira. Me despierto con una idea ge-nial que tengo que llevar a cabo antes de que los putos del campo regresen a las rutas. Me levanto, me hago el desayuno, y cuando termino, tuc. Me olvidé la mitad de mi idea esplendorosa. Puta madre. Decido ponerme positiva. Anoche me ví la película "El secreto", y agarré un billete de $2 y le agregue 6 ceros, o sea. A fin de año debería tener millones, chicos, mi-llo-nes. Salgo para el laburo, y recuerdo que ayer mi jefe me dijo, eh´ mañana venite para la otra oficina así hablamos de unos temas, la puta madreeeeeeee, por quéeeeeee. No me gusta “esa” oficina, primero porque me aburro, segundo porque estoy sola y me aburro, y tercero porque me aburro. Me tomo el bondi. Estoy positiva así que no me importa nada de lo que pase, ok?.
En eso sube una madre con su crío, y doy por tierra con toda mi teoría positivista del orto. El pendejo empieza a llorar como un marrano desconsolado, la madre en lugar de acallarlo, se sienta a leer una revista. O sea, ¿qué dispositivo de mierda se les prende a las mujeres una vez que parieron, acaso se quedan sordas y ciegas antes los maullidos de las crías y las caras de orto del resto de la gente?, loco, callá a ese pendejo o lo ejecto por la ventana. Ai minit. Llego al laburo. El tipo no estaba. Me enfurezco, pero recuerdo lo que ví en la película y me pongo re positiva. Canto en mi mente el tema de JKADKJKSLJDKL, “Positiva, todo muy bien, positiva” . Toco timbre, nada. Me siento. Me fijo si toqué bien el timbre. Sí. Siempre que no me atienden barajo la posibilidad de haber tocado mal el timbre, eso quiere decir que no proyecto las responsabilidades, y que me hago cargo, si pienso que algo pudo salir mal, soy autocrítica. Fahhhhh qué analisis, may goshhh. Lo mismo me pasa cuando voy en el taxi, y estoy llegando al destino, tengo fobia de haberme olvidado la billetera, mira si no la llevé y tengo que empezar a pedir para pagarme el taxi, malísimo. Toco el timbre de nuevo, cri-cri, nada. Empiezo a cantar en mi mente el tema de XUXA, Croqui Croqui, Croqui Croqui, la puta madre, se me pegó desde que Karina lo bailó en Youmach. En eso, me grita, ehhhhhhh cómo andá, el pesado de mi ex compañero Chiche, uhhhh pobre chiche, me digo, pensá en positivo, chiche es buena onda. Ok. Hola chiche, eh cómo andas?, bien, todo bien. Vos, dónde estás laburando, en una empresa de ssdjskdjskjfdkj, Ah que bueno, me dice. Sí. Uh ahí llega mi jefe, bueno, bueno, me voy. Nos vemos, eh, a ver cuando nos juntamos. Llega mi jefe, abre la puerta. Entramos, me da unas directivas, mientras en mi mente suena la banda sonora de la película Armagedon. El tipo dice asjkajrhjakd, y yo lo miro con cara de “me interese mucho lo que hablás, seguí, seguí no pidas opinión”. Claro, como es de esos tipos a los que les importan hablar y no escuchar, sigue, jfkdsjrfeukfjd, y yo cantando, Its Ameeeeeeeeeeeeiiiiiiiiiiiizinnnnnnnnnnnnn, o alguna de Aerosmith. En eso me dice, ¿vos podrías venir a laburar todo el día?. ¿Guat ar iu tockin abaut?. Nou guey, men, No guey. En ese mismisimo instante, mis neuronitas hicieron sinápsis, y llevaron hasta mis oídos el discurso más incoherente que pude haber oído never in mai laif. Rigjiiiiier Rai nau, le digo que no, pensé. Pero cómo una pelotuda, le dije, y no sé dejame pensarlo. Fuck. ¿Por qué seré tan complaciente?, (en algunos sentidos, no piensen cualquiera).

[ to be continued...