Al borde del Surmenash

Me siento en la noutbuk para ver curriculums. Me mandan 1000 curriculums de una. Miro uno, dos, tres, 40. Me embolo. Selecciono un par y llamo por teléfono para hacer las entrevistas: mi madre está sentada frente a mí y me mira. Pero me mira fijo onda: estoy re atenta a todo lo que decís. Maldita. La miro y me dice, qué, le digo: escucháme, no tenés nada mejor que hacer. Me dice, no. Cara de ¬¬ para ella.
Me paro y sigo llamando desde otra silla. Me sigue mirando, pero la puta madre. Hago 7 entrevistas para mañana, cabe aclarar que los curriculum esta vez son bastante decentes, pero igual me aburre. Me aburre mucho tomar entrevistas, prefiero ir a una sucursal y charlar con mis chicos. Ahora son mis chicos. Me regalaron plantas así que son ‘mis chicos’, muy maestra jardinera. Termino con las entrevistas. Y la vieja sigue mirándome. Me dice, qué vas a comer, le digo, ¿qué hay?, me dice nada. ¿Entonces?. Le digo hay fideos, o sea, si no hay fideos es porque me mude a Somalía, me dice no. La puta madre. Grito. Le grito al Ser del Demonio, en adelante S. D. D.: no hay fideos, me dice blablbalbla, le digo, pero no hay fideos. Nada. Cri cri. Le vuelvo a decir, Fideos, NADA. Me paro y voy caminando hasta el lecho del S.D.D., me dice, quéeeeeeee, oíme pelotudo, si te llamo 20 veces y no contestas, no es válido que contestes como si me hubieras dicho lo mismo 40 veces, pienso. Le digo, nada maldito, y me voy ofendida. Al rato vuelvo a gritarle, NO HAY FIDEOS, me dice, blablablá, le digo oíme, si queres comer move el orto y anda a comprar. Me dice, eh eh eh eh, eh nada. Me sacó.
Me mandan un mail que dice ‘llama a este pibe que no tiene experiencia, pero tiene gana’. Guatdefak, ok. Lo llamo y el tipo me dice que ayer consiguió trabajo. El tipo tiene voz de porteño y de porteño cheto. Mientras hablo, S.D.D. y mi madre gritan y hablan de Cavallo, cualquiera. Quiero que dejen de gritar y en lugar de hacerlos callar, le grito al pibe porteño cheto. Corto con el porteñocheto.
Me llama una amiga para preguntarme qué onda lo anali, le hago toda una teoría del azúcar y mi estado cuando era feliz y podía ingerirla. Porque, digamos la verdad, lo más lindo de la vida, -a veces más a veces menos-, es que tiene sabor. El sabor de mi vida era dulce hasta hace unos días cuando me dijeron que debía dejar de tomar azúcar. Claro a mi me parecía sospechoso mi carácter tan extrovertido, mi estado permanente tan jkfdjfkjdfkj, era por el exceso de azúcar , aquellos que me conocen pueden dar Fe de esto. Pero resulta que ahora, el ‘dotor’ vió en ‘lo anali’ que tengo el azúcar alto entonces me prohíbe ponerle sabor a mi vida.
Considero esto una injusticia total y absoluta pero enseguida me planteo algo, qué prefiero: ¿vivir pocos años al palo y con mucho jkdfjdkfj? o ¿vivir muchos años sosos carentes de sabor alguno, más que el gusto metálico del edulcorante?. Ok, todo sea por ustedes mis pequeños herejes, voy a vivir muchos años sosos y dejare el azúcar momentáneamente. Aunque viva al borde del surmensh.
De todos modos, me gustaría que se planteen esto seriamente, la vida debería ser puro jjhjhdkfdkfkj.
Le cebo la cabeza a mi amiga con mi nuevo estado NO jkfjkfjdkfj por falta de azúcar. Me parece que no me llama hasta navidad. Pobre.
Vuelvo al tema madre, ¿mi madre me mira hablar por teléfono por algún motivo en especial?. No, su fin único es molestarme. Me dice, vos tendrías que presentarte desde el comienzo, ‘hola soy carolina, te recibi tu cv’, por favorrrrrrrrrrrrrrrrr, me quiere dar clases de cómo citar a la gente para una entrevista, la saco cagando. Me enferma su costumbre de criticarme todo. Ahhhhhhhhhh quiero gritar. S.D.D. se digna a ir a comprar fideos, y me trae un chocolate, ja, ¿posta, un chocolate?, jodeme, no puedo comer azúcar. ¬¬